viernes, 28 de abril de 2006

DISCURSO DE DESPEDIDA DE NUESTRA QUERIDA TÍA

El siguiente es el discurso que me toco leer en el Cementerio General de Concepción, debo decir que fue un tremendo honor por mi parte el poder realizar este maravilloso gesto y agradezco a mi prima Alejandra quién me confió esta responsabilidad.

Siempre que se realiza un discurso de esta naturaleza, en una hora tan triste, en donde nos toca despedir a un ser querido, como lo es María del Rosario Martínez Ulloa, también conocida como la Chayito. Tía, madre, hermana, abuela, esposa, amiga, vecina. Estos se refieren a lo bueno que fue el ser querido y lo mucho que lo queremos.


Es difícil reunir en breves líneas toda una vida y en tantos ámbitos en la que esta se desarrolla. En pocas palabras, la vida y obra de nuestra querida Tía, madre, hermana, abuela, esposa, amiga y vecina, María del Rosario Martínez Ulloa, se puede decir que fue una gran mujer, una hermosa persona llena de amor, ternura y comprensión.


Nace en el seno de una familia muy tradicional, que tenía en el esfuerzo su mayor capital, y que de ella hereda los fuertes valores que su vida marcaron y que todos conocimos. Fue la mayor de sus hermanos, por lo tanto, a muchos ayudo a criar. Fue la mayor de sus hermanos, pues con ella una nueva generación nació.

De su vida se puede decir que fue una mujer adelantada a su tiempo.


De joven, muchas en sus casas se quedaban, ayudando en el hogar. La Chayito, destacaba en los deportes, en especial, el atletismo, disciplina que su noble espíritu ayudo a formar. Cuesta imaginarnos esta etapa de su vida, pero ello nos revela que detrás de cada persona, se encuentra todo un mundo por descubrir, y nos obliga a aprender.


En una época en que muy pocas mujeres tenían en el trabajo una meta de vida, ella habría camino, con su sencillo ejemplo de independencia, más aún, de emprendimiento, con su trabajo, con su negocio, lo que hoy día llamaríamos, empresaria.


Vivió, a su manera, pero siempre fiel a los valores que su familia le transmitió, pospuso su maternidad, pero esta, de todas formas le llegó, no de manera habitual, pero tal vez, de una mejor. Junto con ello formo un hogar, que una hija le regalo y que con esmero, sacrificio y tesón, hasta nietos conoció.


María del Rosario Martínez Ulloa, hoy te despedimos de este mundo terrenal, pero es solo la carne inerte la que se nos va, mas tu espíritu siempre nos acompañará. Nos regalaste muchos recuerdos, que en nuestro tesoro hoy se convertirán


Junto con tu partida, toda una época se nos empieza a escapar, hoy tu nos enseñas más que nunca a valorar, a nuestro padres tíos y abuelos, que nunca debemos olvidar.


María del Rosario Martínez Ulloa, Chayito, que descanses en paz!!.

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