viernes, 7 de junio de 2013

BREVE GUIA METODOLÓGICA PARA EL TRABAJO GENEALÓGICO

Generalmente llegan hasta este espacio con la inquietud de poder conocer quiénes eran los abuelos o los tatarabuelos, los  antepasados en general de quienes visitan este blog.
La verdad es que resulta en una tarea bastante compleja poder responder a cabalidad estas inquietudes, por  tal motivo en esta entrada podrán encontrar una especie de manual o guía metodológica para iniciarse en el trabajo genealógico.

Trabajemos con un ejemplo a modo de orientación y guía,  algo complicado de resolver de buenas a primeras pero permitirá avanzar en la metodología de la búsqueda genealógica. Intentaremos conocer quién era el padre de nuestro abuelo paterno (bisabuelo), ejercicio que ustedes  pueden realizar.  

Lo primero que se debe hacer es una búsqueda exhaustiva al interior del propio entorno familiar, para este fin es  recomendable sostener una serie de entrevistas con vuestros familiares previamente, aunque parezca una obviedad, es conveniente tener delimitado nuestro objeto de interés, en este ejercicio será el padre de nuestro abuelo por parte de padre, a fin de poder orientarnos al interior de la red de parientes, ubicarnos nosotros y nuestro objeto, a modo de coordenadas familiares, y poder establecer con claridad los vínculos familiares y determinar posibles informantes claves a quienes entrevistar (tíos, abuelos, o hermanos de los abuelos si es que están con vida). Nunca se debe descartar ninguna posibilidad, en nuestro ejemplo, parece obvio que la búsqueda se debe centrar por la línea paterna de la genealogía, pero siempre cabe la posibilidad de que  al menos alguien de una o dos generaciones atrás por línea materna pueda entregarnos alguna información que resulte clave.  Debemos comenzar por consultar a los padres, en ausencia de estos, a sus hermanos (tíos) y así, hasta armar un listado de potenciales informantes. Luego, se debe detectar quiénes serán nuestros informantes claves.,  conviene realizar una pauta de entrevista a para guiarnos en la conversación y de preferencia grabar las entrevistas. (En una próxima entrada abordaré este punto como una forma de construcción de un instrumento y su análisis).

Luego de haber determinado quiénes de los familiares que serán los entrevistados, es bueno plantearles la inquietud que mueve la búsqueda, a fin de mover también en ellos el deseo por  buscar en sus recuerdos.
Ahora tenemos dos problemas en nuestro proceso de búsqueda; Qué información resulta relevante y sobre la validez de la información que los familiares nos entregan.

Respecto de la información en que debemos centrar la búsqueda serán nombres, ojalá lo más completo posible, lugar de residencia o de nacimiento,  fecha o año de nacimiento, fecha o año de fallecimiento y edad al fallecer, lugares importantes, actividades desarrollas en vida por nuestro objeto de búsqueda familiar, (oficio, actividad o profesión), nombre de la cónyuge, lugar  y año de casamiento y edad de estos al contraer matrimonio, número de hijos y nombres de estos.

Naturalmente que en muy raras ocasiones podremos encontrar todos estos datos, por lo general es que no logremos encontrar ni un tercio de estos, pero aquí revisaremos algunas ideas que nos ayudan a avanzar en la búsqueda.

Revisando de lo más fácil a lo más complejo, si el caso fuera que en los relatos familiares se nos dijera que el padre de nuestro abuelo que buscamos, se desempeñó en alguna actividad profesional en algún lugar determinado, esto es una importante pista para buscar, pues deben existir registros y antecedentes respecto de esta información. De este modo la búsqueda familiar da paso a la búsqueda documental, en registros y archivos. Incluso si el objeto de nuestra búsqueda fue un profesional, deben existir registros de sus estudios, certificados y títulos obtenidos y más antecedentes que aporten información para continuar la búsqueda hacia atrás en el tiempo. Así, podríamos encontrar documentos que se pueden copiar como títulos, registros de propiedades, certificados etc. Donde se establecen fechas, años, lugares y nombres, y en donde vamos avanzando en la búsqueda. 

Una Excelente fuente de información documental donde buscar son los Registros de los Conservadores de Bienes Raíces o de Propiedades, buscamos escrituras de alguna propiedad familiar ya existente y en ella podremos encontrar bastante información muy clara respecto a nombres completos, fechas y lugares.

Pasemos ahora al caso más extremo, ese donde no obtenemos absolutamente nada. ¿Qué se puede hacer en este caso, cómo se puede avanzar en la búsqueda genealógica sin referencias?.

Se puede, se necesita realizar un ejercicio de análisis de la información que nuestros parientes nos han entregado previamente o retomar la búsqueda en ellos profundizando en algunas potenciales pistas.

Así en el caso extremo que henos expuesto, donde no tenemos nada, pero sabemos que ese hombre sin nombre  fue el padre del padre de nuestro padre, es decir nuestro bisabuelo. Comencemos entonces por armar la mayor cantidad de información posible de nuestro abuelo, pues él es la llave para encontrar a nuestro bisabuelo.

Así, si logra saber que nuestro abuelo por ejemplo nació en X  ciudad en X año, pues ya sabe usted que su bisabuelo, de no mediar alguna historia trágica de por medio,  en ese año estuvo en ese lugar y lo más probable es que no se haya movido demasiado de ahí.  Incluso, si logramos saber qué  lugar de nacimiento ocupa nuestro abuelo materno en la familia, podríamos estimar la edad de nuestro personaje de búsqueda. Por ejemplo si nuestro abuelo  fue el hijo mayor, ponga usted el rango de edad de su bisabuelo, al momento de nacer su abuelo entre los 15 y los 25 años, o sea un rango de 10 años, así, por ejemplo si su abuelo nació en 1930, su bisabuelo nació entre 1895 y 1905. Ya tiene un rango de tiempo en qué buscar información y hasta un lugar.

Es importante señalar que el rango de edad para establecer la potencial edad al momento de nacer su hijo de nuestro objeto de investigación dependerá de las actividades que haya realizado este. Así, si su abuelo gozó de buena condición económica, es muy probable que su bisabuelo haya ocupado un buen cargo laboral y eso se logra con tiempo, trabajo y estudio y en este caso debemos alargar el rango de edad del primer nacimiento a una edad entre 20 y 30 años que sería aconsejable.
Aún no tenemos mucho pero ya tenemos parámetros, los parámetros son especie de pistas a nivel macro que ayudan a reducir las opciones de búsqueda. Con estos datos que hemos obtenido podemos ya comenzar a explorar una búsqueda en algún archivo, registros o sitio web especializado, como es el caso del buscador genealógico de la Sociedad Genealógica de Utah, en el buscador family search, donde podemos ingresar al menos un nombre, un lugar y un rango de años a buscar y es probable que encontremos algún dato más.

Respecto del problema de la validez de la información que nos entregan nuestros familiares, un buen ejercicio es determinar si existen contradicciones o datos que difieren entre un informante u otro. De ser este el caso, lo mejor será repetir la entrevista con quien nos entregó el dato que difiere respecto a los demás, pero no desecharlo, pues como se trata de información oral, fruto del recuerdo, y los re4cuerdos se van construyendo y des construyendo a medida que se recuerda, puede ser que quien difiere de los demás esté en lo correcto. Esto solo se comprobará si luego en nuestra búsqueda encontramos alguna información documental que ratifique o refute la información oral, así iremos estableciendo rangos de validez para nuestros informantes en nuestras familias.


La búsqueda y conocimiento de nuestros ancestros es en estricto rigor un trabajo metodológico que mezcla entrevistas e investigación documental y amplia capacidad de análisis y conocimiento historiográfico y cultural. Todas estas herramientas son una ayuda en el camino de búsqueda genealógica. 

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